viernes, 13 de marzo de 2009

El ventilador


EL VENTILADOR
Por: Alvaro García García

Llevado por un presentimiento, salió del ascensor, recorrió el pasillo y atravesó el
umbral de la oficina; haló la puerta de su despacho y en dos largos pasos alcanzó la silla que acompañaba su escritorio. Tomando el pañuelo, limpió las gotas de sudor que brotaban de su frente; alargó su brazo, giró una perilla e hizo funcionar el ventilador.
Silencioso, encendió un cigarrillo, y se abandonó al deleite dando cabida a su imaginación. Gratamente, fumada tras fumada, observó cómo el humo de su cigarrillo se desprendía con suavidad, esparciéndose rápidamente por la acción del ventilador.
Ensimismado olvidó su presentimiento y se dejó llevar por la velocidad del aparato hasta confundirse en él.
Vivió la alegría de sentirse hélice para mantener su dominio sobre aquel espacio, ser el dueño absoluto de lo que le rodeaba y ensancharse más y más; añoró la fuerza y la audacia para arrasar todo lo que le molestara, transformó las imágenes de la muchedumbre campesina, en insectos que deseaban posarse sobre las veloces hélices.
Giró la perilla del ventilador hasta el máximo y, creando un vórtice que lo dejó en éxtasis, se creyó invencible. Interrumpido por el timbre del teléfono volvió al presente, se acomodó y escuchó sosegado:
- Su fiesta será, un éxito, le agradezco su cordial invitación, la condecoración que concede me enaltece...
- Gracias... quisiera brindarla con todos los honores del caso comandante, pero la fiesta será sencillamente ofrecida alrededor de los sucesos que me favorecieron; estoy muy agradecido. La recuperación dé las tierras me llena de gozo y satisfacción ...disculpe que lo deje comandante.., me encuentro ocupado, no olvide que su presencia es esencial... nos veremos en la fiesta.
Colgó el teléfono sin esperar respuesta. No quena hablar; deseaba encontrarse solo; dirigió la mirada, a la ventana y vió gotas de agua que empezaban a resbalar por la vidriera; llevó de nuevo el cigarrillo a los labios, aspiró y después lo aplastó contra el cenicero.
Sin saber que hacer, puso los codos sobre el escritorio, cogió la cara entre sus manos, cerró los ojos y se adentró en el pensamiento.
Los momentos transcurrieron.
Apretó los párpados, juntó las yemas de sus dedos y las afirmó contra sus sienes, penas que todas las tácticas anteriormente realizadas habíanse tornado al final endebles; perdió la esperanza en su victoria, se hundió en un pasmoso estado de incertidumbre.
Tomó un nuevo cigarrillo y lo encendió. Al mismo tiempo, presionó la perilla del ventilador y la puso en off; confundiendo su mirada con la paulatina desaceleraci5n del aparato, percibió la libertad con que el humo abarcaba el salón de su despacho; queriendo levantarse, titubeó. Manejó su silla de rodachines sin quitar la mirada del ventilador y la quietud de este lo dejó absorto.

La ansiedad de dominio, creyéndose hélice; entró en contradicción con lo que ahora veían sus ojos, volvió a la realidad y comprendió que un espacio en completa ociosidad tiene un alguien que lo necesita; pensó como sus tierras eran tomadas a la fuerza por los invasores y sintió miedo perderlas; su animo decayó y su cuerpo agotado por esta situación se fuá cubriendo de un frío que lo mantuvo en su silla.
Respiró profundo una y más veces. Para reconfortarse apeló a las palabras que desde su jeep dijera esa mañana a la muchedumbre campesina, que sin detenerse buscaba protección y se defendía de los atropellos de la policía.
Sí, aquellas palabras sonrojaron su rostro y enmarcaron sus labios con una sonrisa, rabioso se levantó y dijo:
-Fuera chusma, fuera... pretenden adueñarse de mis tierras.
Se equivocan ladrones, si creen que estoy dormido. ¡que no quede uno comandante ...que no quede uno. Aniquile al que pueda y agarre a los demás, por cada uno hay un premio ...
Fuera chusma, fueee...
Cubrió sus labios con una de sus manos y no continuó tartamudeó, trasladó la mano al cuello y carraspeó.
Recordó las últimas palabras, la avalancha de campesinos y el salir inesperado de un hombre dispuesto a matarlo. Ahora, para eludir el presentimiento que lo embargaba a la llegada a su oficina se sumió en la lejanía de su recuerdo fijando sus ojos, aparecía obstinada, la enorme figura de Roberto, el campesino que se dirigía frente a él, mostrando en el rostro la furia de un animal.. De pronto, sintió la avalancha fulminante su cuello, y el calor de su sangre durmiendo su cerebro; gritó al verse inerme y se atragantó con su saliva. Tratando de quitar las manos que la ahogaban, afanoso; enganchó aquellos brazos fuertemente, entreabrió los ojos y divisó sorprendido la silueta de su amante.

LOS MINICUENTOS

LOS MINICUENTOS Por : Alvaro Garcia Garcia

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EL GENERAL


Querido coronel:

La puerta permanecía entreabierta, en el umbral, él acariciba el gato, entonces me detuve sin pestañear, le mire d epies a cabeza y no me importó más…



¡Cambie la fotografía!

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EL ORADOR

Querida señora:

Los discursos de su hijo fastidiaban, nadie deseba escucharlo, sin embargo llegó camuflado y rompio la tranquilidad.

Por ello al instante las botas aparecieron, lo acecharon, lo atacaron y lo masacraron inmisiricordmente.



Al final dejo de grillar.

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EL FRANCOTIRADOR

Adorable olimpus:

Presencie todo, señora.
El apuntó fijamente, lo mantuvo en la mira, cuando intentó moverse, le disparó y le dio… su tensión murio allí… no era otro, era…

El flash de tu cámara fotográfica




RECETA PARA UNA TORTILLA DE MÚSICA

Siete ramitas de música alegre
Una pisquita de Do o de Sol
Cinco gramos de penta y de grama
Y un rollito de ritmo y de voz.

Siete gotas de gan melodía
Dulces gramos de timbre y de son
Un compás y una fina medida
Adobados con letras de amor.

Se hornea con exactos y diversos silencios
Entre cortos y largos matices
Se expande el manjar a sazón del oído
Y se degusta al tono la torta-canción.

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EL GATO MOCHO

El gato mocho salió a buscar
Dos ratoncitos para jugar
El perro Tony se fue detrás
Colmillo listo quería almorzar.

Pero Rosita la muñequita
Quiso alcanzarlos y se cayó
Sola y llorando quedó en la acera
Hasta que Lina la recogió.

El gato Moncho volvió a la hora
Lamía sus manos con suavidad
Mientras el perro ladraba inquieto
Y la muñeca dormía felíz.

Lina cansada llegó a la alcoba
Muy ocupada se la pasó
Barría las sobras que el perro Tony
Mientras ladraba botó al tragar.


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El sabueso alborotado


El sabueso alborotado
Por: Alvaro Garcia Garcia


Coro: Que lo digan ustedes que lo van a escuchar
Porque los sabuesos no saben sumar

Allá en una calle bronceda de fiesta
Se hallaba un pollito danzando un cumbión
Bromeaba un miquito bailando un merengue
Mientras la serpiente se comía un ratón.

Una loca gallina gozaba un bolero
Bailando apretado con un puerco espín
Un perro sediento ladraba a la luna
Sintiendo en su cuerpo a una pulga feliz.

Coro: Que lo digan ustedes que lo van a escuchar
Porque los sabuesos no saben sumar

En ese festejo fue todo alegría
Hasta que un sabueso paró la función
Llegó alborotado censando las patas
de los asistentes que estaban allí.

¿Cuántas son las patas que censó el sabueso
Para que la fiesta siguiera hasta el fín
Díganlo ustedes que lo han escuchado
Puesto que el sabueso sumando aún esta.

Coro: Que lo digan ustedes que lo van a escuchar
Porque los sabuesos no saben sumar

Zumba que zumba

Zumba que zumba
Por : Alvaro Garcia G.

Zumba que zumba…Zaz, Paz, Paz.
Liberate en la nota de la paz .
Zumba que zumba…Zaz .. Paz .. Paz,
Liberate en la rumba de la paz.

Los niños los domingos se congregan con furor
Juntando sus manitas, sus caritas y su voz.
Los papis y vecinos irradiando su calor
Comparten entusiastas el aroma del amor.

Zumba que zumba…Zaz, Paz, Paz.
Liberate en la nota de la paz .
Zumba que zumba…Zaz .. Paz .. Paz,
Liberate en la rumba de la paz.

Los corazones vibran, henchidos de emoción
Se disfruta la fiesta, son las risas su sabor.
Allí la brisa expande, como flama su vigor.
Se convive en alegría como símbolo de paz.

Zumba que zumba…Zaz, Paz, Paz.
Liberate en la nota de la paz .
Zumba que zumba…Zaz .. Paz .. Paz,
Liberate en la rumba de la paz.

Alli todos acuden y aportan su hermandad
Sus gustos, sus valores, sus ideas y su don
Alli aunque difieran son todos, comprensión
La vida es lo que importa, la vida nada mas.

Zumba que zumba…Zaz, Paz, Paz.
Liberate en la nota de la paz .
Zumba que zumba…Zaz .. Paz .. Paz,
Liberate en la rumba de la paz.

Corazón libertario

Corazón libertario
Por: Alvaro Garcia Garcia

Cuando acudo al llamado que haces
y me doy a quien sufre desdichas
Me conmuevo y reanimo de prisa
Porque libre me siento sirviendo.

Entonces remonto los vientos
y me cubro de alas y viajo
Por espacios que alegres se brindan
Extendiendo sus signos de infancia.

Y deambulo queriendo ser aire
Que se empeña en servir a la vida
Y juego como un par de alas
Que transporta su cuerpo sin miedo.

Sin que el daño aparezca medroso
Desbordado y sin una balanza
Me encantan los sueños de otros
Cuando el estar, el vivir nos alegra.

Tenue y dulce manera de vida
Que se arroja en un mundo incompleto
Como ruego y dichoso alimento
Corazón libertario… ¿tu vuelas sin alas?.

La oruga de kilates

LA ORUGA DE KILATES (Por: Alvaro García García)

Lentamente y de pronto movida por el viento llegó la oruga trazando su propio camino, hasta el lugar más agradable que ella consideró viable para su estadía. Poco a poco fue organizando, limpiando y mejorando su habitad con el más cauto sigilo y sin esperar ayuda alguna.

Pudo percibir que aquellos lares habían estado infectados de nostalgias, pesadumbres, inconformidades y calamidades y que le sería compleja su recuperación y, aunque estaba decidida a transformar el lugar consideraba para sus adentros lo desbastador que se había tornado el inclemente ventarrón al azotar con severidad y sin compasión el complejo y cotidiano ambiente de esa parte del planeta.

Por los destrozos extendidos por doquier la oruga supuso que la vil e insaciable permanencia del inclemente ventarrón había creado incertidumbres por un largo periodo, las señales de abandono latentes por cada rincón de esos contornos establecían la manera como estrepitosamente había logrado menguar las fuerzas naturales hasta hacerlas sucumbir, y arrasar impunemente todo lo que se oponía a su paso en ese espacio expuesto a la esperanza.

Inmóvil, sobre una hoja nacida del entorno en aquella diversa y heterogénea organización, se posó la oruga, y con admirable certeza se dispuso a construir con su mirada, una estructura novedosa que le permitiera ordenar esa realidad que estaba diseñada como un desfiladero. Segura se instaló y trazó acciones precisas que le fueron ofreciendo alternativas para operar por caminos paralelos sobre esa realidad emergente que casi desquiciada se tornaba impaciente antes sus ojos. Sintiéndose asertiva se dejó asesorar por sus apreciaciones.

La oruga, en su acostumbrado silencio y parsimonia habitual, observaba los caminos lineales y equívocos que habían atrofiado cada rincón donde se hallaba ahora y no podía imaginar cómo las alimañas y escorpiones se atrevían a denigrar y crear confusiones con el propósito de socavar sus iniciativas de mejorar esos rocosos y agrestes parajes con sus pequeñas pero precisas acciones, propias de su dinámica cavilación.

Ella se percataba y comprendía de manera global como las alimañas y escorpiones no muy de acuerdo con despejar el entorno, incidían sobre los insectos que deambulaban de un lado a otro sin comprender la esencia de lo que ocurría, ellos manipulados por las viscosas segregaciones que expandían las alimañas y escorpiones permanecían al acecho atraídos por aquellas aromas y desechos y como retribución se manifestaban en continuo movimiento, menospreciando la humilde y sencilla labor que la oruga feliz y llena de alegría y color se posaba entre los ámbitos de la integración.

Interpretaba que las maniobras de todos ellos eran producto de su indefensión ya que se sentían postrados al destino sin tener otras alternativas a donde ir a parar. Dejados al desdén, los incomprensibles residentes habituales aceptaron que la intrusa, paciente y sabia oruga estaba logrando sus propósitos y sin espera se volcaron a intervenir de manera grotesca abucheando, cantando, corriendo, saltando, volando, gritando y retorciéndose del pestilente malestar que los cubría pero en el fondo añorando el regreso del inclemente ventarrón.

Todos los sentían llegar y como notables ayudantes acudían a las viejas triquiñuelas y creencias para maquinar con cuchicheos, risotadas, desaires, despliegue de rabias y prepotentes desplantes e infundir un clima de zozobra, con lo cual solo dejaban escapar su incapacidad y arbitrariedad para recuperarse. Ahora veían los incipientes destellos de una naturaleza colmada de vivacidad y prosperidad que se agigantaba incontrolable.

La oruga aceptó el apoyo de los animales comprensivos que acudieron libremente al amparo de su organización que no era otra que la de acomodar sus vidas a aquella nueva empresa, que se instauraba para estudiar los riesgos y las experimentaciones, procurando establecer en ese mundo de incertidumbre una dinámica de complejidad donde reinara la armonía.
Era incipiente su participación, pero la oruga soportaba que ahora todo ese espacio estuviera alejado de la mezquindad y de la corrupta sapiencia e incomprensión como se manifestaba el inclemente ventarrón.

Sin expresar nada más que la paciencia y la humildad, la oruga abrió el cascaron y apareció una bella mariposa de mil colores y con ella una nueva vida llena de colorido, que emprendió el vuelo, mientras las alimañas y los escorpiones entre sus congojas y desatinos escondieron sus ponzoñas, sorprendidos de la magia que expandía aquella silenciosa e insignificante criatura. La oruga de kilates…

amistad

AMISTAD
Por: Alvaro Garcia Garcia.

Amistad actualmente es:

Turbulencia solidaria e incesante
Principio indeleble e inextinguible
Crisol, molécula, sintagma
Virtud unida, permanente.

Arco y violín inseparable
Critico implacable y libertario
Modelo intachable por la vida
HumiIde palabra protectora.

Es lámpara opuesta a la neblina
Contagio disiente a las acciones
Regocijo perenne y distinguido
Remanso y certera ambivalencia.

Es fiesta refleja y condensada.
Cumulo eterno, conjetura
Caricia tenue, desvelada
Sonrisa dulce inacabada.
Cofradia sincera y melodía
Pudor y confianza sin tapujos
Pero unidad y hermandad
Hasta en el caos a la mano.

domingo, 8 de marzo de 2009

El maestro y los compinches

EL MAESTRO Y LOS COMPINCHES _ Autor: Alvaro García García

§ El mimo comienza en la posición inicial cero/ cero y se desplaza por el espacio escénico llevando consigo el globo desinflado, que le ha quitado otro.
§ Arroja el globo hacia arriba, mientras el otro mimo lo persigue.
§ El maestro observa la escena y trata de detenerlo y le pide le globo
§ El mimo continua su marcha y esconde el globo en alguna parte del cuerpo
§ El maestro le pita y el mimo queda estático y el otro mimo lo requisa
§ El mimo 2 se va llorando porque no le encuentra nada
§ El maestro se acerca lentamente y lo requisa parte por parte, comenzando por las manos e intentará encontrar el globo…y nada
§ El mimo lo tiene bajo el brazo
§ El maestro trata de que levante los brazos
§ El mimo levanta uno bien el alto pero el otro no.
§ El maestro le exige que levante bien los dos brazos
§ El mimo continua haciendo lo mismo
§ El maestro intenta acercarse para levantarle el brazo
§ El mimo se corre rápidamente de sitio
§ El maestro considera que lo ha pillado y le exige que se lo entregue
§ El mimo se retira
§ El maestro se voltea y pide la intervención del público
§ El mimo cambia de lugar el globo se lo hecha a la boca o en el sombrero
§ El maestro le pita y el mimo queda estático con los brazos levantados de la misma manera como lo ha hecho antes.
§ El maestro le levanta el brazo con entusiasmo y nada y entonces lo vuelve a requisar en otras partes del cuerpo y nada.
§ El maestro se siente perdido y hace que contesta una llamada por celular
§ Habla solo a un lado del escenario
§ El mimo saca el globo y tomando por las dos puntas prueba su elasticidad.
§ Y comienza a inflarlo.
§ Saca luego unos polvos mágicos y se los hecha.
§ El globo adquiere una fuerza capaz de arrastrar al mimo.
§ El mimo tira de una manera u otra al globo para mantenerlo en su lugar
§ El mimo comienza una dura lucha con el globo
§ El mimo es sorprendido por el maestro
§ El mimo no tiene otra alternativa que entregárselo y se va.
§ El maestro comienza a pagar caro su osadía
§ El maestro es arrastrado por el globo
§ El maestro viéndose perdido saca de su bolsillo una puya y lo revienta.
§ El mimo 2 lo está observando y ve que el maestro lo ha dañado y llora
§ El maestro ante esa situación, saca dos billetes y se los entrega
§ Maestro se rasca la cabeza y sale sin decir nada
§ Entra mimo 1
§ Mimo 1 y mimo 2 se han confabulado, se alegran, se felicitan y se van abrazados con billete en la mano. Fin